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Los jóvenes adhieren a la cultura Metro

23/6/2006

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¿Qué tienen en común los jóvenes de hoy con Metro? La revista Momento Cero clarifica esta pregunta, su edición de mayo se centra en la identidad del nuevo joven, aquel con opinión, punto de vista e iniciativa.

La responsabilidad social, que no tiene que ver con algún dogma de antaño, sino con el desarrollo de la cultura y la calidad de vida, hace que los jóvenes escolares y universitarios expresen sus necesidades de una forma distinta a como lo hicieron sus padres.

Hoy los jóvenes son emprendedores y tienen una mirada propositiva, encauzan sus energías de formas no convencionales, pero las consideran totalmente legítimas para la sociedad actual, del modo en que el mundo se mueve hoy.

Una de las expresiones con que más se les identifica es con su estética artística. Ellos, y sus nuevos cánones, han implantado en la ciudad un sistema de arte gratuito y pasajero: el graffiti. Ellos mismo lo diferencian de lo que consideran una simple manifestación del ego que es el rayado, y que no tiene más consistencia que ser una firma.

El graffiti es en cambio una expresión más elaborada, está relacionado con los elementos de la cultura urbana y popular, requieren de inspiración, trabajo, constancia, y sobre todo, desapego por la obra. Esta entrega de esfuerzo tiene que ver con la necesidad de comunicar a una sociedad sin distinciones, pero con una trascendencia fugaz, como una frase, una idea.

Hoy tenemos en los espacios públicos miles de expresiones de este tipo, nos las podemos encontrar al doblar una esquina. Al igual que en Metro, los espacios de los jóvenes tienen que ver con el transitar, con la cultura, con el expresar identidad, y buscar, después de todo, una mejor calidad de vida. 

Es por eso que los jóvenes transitan y ocupan el Metro como uno más de los espacios donde se sienten identificados, como los muros donde plasman sus ideas.  Llaman a  cuidar el Metro como símbolo de conexión de las personas con distintos lugares de la ciudad, y que les permite una conexión con otros jóvenes. Ellos se sienten con el legítimo derecho de “apropiárselo", pero para hacerlo mejor, más participativo, guardando su integridad y estética, que representa el respeto que la empresa siente por sus pasajeros.